martes, 28 de enero de 2014

ACTA REUNIÓN ENERO

Nuestra sociedad, nuestra cultura, maneja el tema de la muerte así, dando la espalda. Si podemos esquivarla, mejor. Nunca nos viene bien. Por eso usamos el humor a veces, porque nos ayuda a llevar mejor el tema, a quitarnos temores,.. sobre todo hacia lo desconocido.

Nuestro contexto cultural valora a los jóvenes, a los fuertes, ricos, inteligentes y bellos (al menos, parecerlo).
La muerte es un tabú, algo misterioso de lo que no se puede hablar.
Pero ¿es posible vivir de espaldas a la muerte?

Cada año mueren 56 millones de personas. Si cada muerte afecta a cinco personas, el total de afectados es de 300 millones (el 5% de la población mundial).

El desafío tecnológico de prolongar la vida ha adquirido la prioridad sobre la calidad de vida. No siempre lo técnicamente posible es lo éticamente correcto. La medicina científica alimenta cada vez más expectativas de salud perfecta y longevidad. Políticos, medios e industria farmacéutica aprovechan estos procesos.

Empeñarnos a prolongar la vida a cualquier precio es costoso (monetariamente y como experiencia de vida y muerte). No sabemos cómo afrontar  la muerte. Se nos despoja de herramientas para afrontar esta experiencia vital.

Pero la muerte es el final inevitable de la vida, y es impredecible, arbitraria e injusta, el fracaso de la medicina. La medicina no puede prometer el alivio de todo el dolor y el malestar. Creemos que tenemos derecho a una salud perfecta, cada vez toleramos menos. La negación de la muerte produce agobio a pacientes y a médicos. “A mí no se me puede morir”.

¿De qué se trata, de aprender a morir o a vivir? Hay que enseñar a vivir hasta el final. No forman a nadie, ni a los sanitarios, a afrontar la muerte, y tampoco a vivir.

Nuestra tarea, en parte, es esta función de ser testigo, de hacer acto de presencia en ese momento tan crucial, y hacer de puente entre esta persona y otras que ya han muerto, no abandonarles, seguir estando presentes.
Ojalá seamos capaces de, cuando no podamos curar, permanecer al lado, acompañando, y seguir siendo testigos. No poner por delante nuestros objetivos, sino escuchar lo que la otra persona quiere.

¿Para qué sirve la muerte? Hemos perdido todo sentido del valor de la muerte. La muerte es componente de la vida. ¿Qué pasaría si la muerte no existiera? ¿Qué tiene más valor, una vida extensa o intensa?

“La tarea de la muerte es obligar al hombre a abordar las cosas esenciales (S. Lindquist). Intentemos vivir con intensidad. Una vida plena parece hacer más fácil la muerte. “Confieso que he vivido” (P.Neruda). No tener tareas pendientes.
¿Qué es una buena muerte? ¿Qué forma de morir queremos para nosotros o para nuestros seres queridos? Sólo se muere una vez, pero hay muchas formas de morir:

.. Muerte súbita
.. Declive constante, enfermedad en declive. Ej: cáncer.
.. Lento declinar, con frecuentes crisis. Ej: Insuficiencia cardíaca, respiratoria,..
.. Progresivo declive, con pocas crisis, pero muy dependientes, lento caminar hasta el final.

A veces el cuerpo y la mente no van juntos en el declive. A veces el cuerpo falla antes y entonces se produce el miedo y la rabia. Otras veces la mente puede reconciliarse con la idea y nos prepara antes de  que el cuerpo muera.
Hay que tratar que los dos tiempos (mente y cuerpo) vayan en armonía.
El principal empeño humano es encontrar sentido a la vida y construir un relato coherente de vida que dé sentido a la experiencia.
Es importante que la persona que está acompañando al paciente sea testigo de un relato de vida, que legitime su interpretación y afirme su valor, el valor de la vida de una persona. Al final de la vida es importante volver a contar y revivir los hechos notables de la vida; esto sirve de consuelo auténtico y real.

Tareas en este caminar:

Perdonar
Dar las gracias
Decir “Te quiero”
Decir “Adios”.

¿Qué son las cosas esenciales? ¿Hacer cosas? ¿Trabajar?
Ser y vivir.

Se trata de transiciones vitales existenciales por experiencias que marcan la vida y ayudan a dar la vuelta a las propias creencias,.. La muerte tiene este poder, transformarnos, a cada uno de forma diferente.


viernes, 24 de enero de 2014

Testimonios de voluntarios

http://www.vsjd.org/testimonios/el_voluntariado_es_muy_necesario_porque_ayud-id545.html

LA NECESIDAD DE AYUDAR A LOS DEMAS

"Ayudando a los demás también te ayudas a ti mismo".

La ayuda que brindas es mucho más rentable que el conocido lema del egoísta recalcitrante: “Primero, yo; después, yo y luego, yo“.


Hay quien lo sabe bien y opta por el altruismo interesado, que consiste en ayudar a otros pensando exclusivamente en los beneficios que esa ayuda le va a reportar.
Esto no deja de ser egoísmo encubierto. Ejemplo: Le ayudo a mi vecina a llevar la compra a casa. ¿Por qué me decido a ayudarle?
  • Me considerará una vecina excelente. Gestos como éstos construyen una buena reputación.
  • Si alguna vez estoy en una situación similar, ella me ayudará a mí.
  • Me entero de los últimos chismes del barrio y me entretengo un ratito.
  • (Lo que sea que se te ocurra. :D)
Pero también hay quien es generoso por naturaleza y ayuda sin pensar en qué va a recibir a cambio. En el ejemplo anterior, sería aquél que decida ayudar a su vecina para que no tenga que cargar con tanto peso y llegue destrozada a casa. En ambos casos, el altruismo tiene beneficios.
¿Cuáles son? Hay cinco muy notorios, que me permito apuntar gracias a “the coffee philosophy” (How Helping Others is Good for You):
  • Quien da, recibe: No tiene porqué recibir de la misma persona a quien le dio, pero sí es cierto que una persona generosa tiene más probabilidades de ser ayudada en caso de necesidad que una que no lo es.
  • Quien ayuda se siente bien: La mayoría de las veces, al menos. Y esa sensación positiva de poder echar una mano es muy gratificante.
  • Aumenta su autoestima: La persona que recibe el favor suele mostrar gratitud y aprecio a quien le brinda la ayuda. Esto, desafortunadamente, no ocurre en todos los casos pero, cuando sucede, quien ayuda es ayudado a su vez gracias a este “feedback” positivo.
  • Aumenta su autoconfianza: Quien ayuda lo hace porque puede y sabe hacerlo. Se siente útil. ¿No es una gran compensación?
  • Quien ayuda se vuelve más positivo analizando su situación: Esto suele ocurrirle a aquellas personas que son capaces de perdonar fallos a otras, pero son los peores críticos de ellos mismos. El que ayuda a otro recibe a su vez una ayuda muy importante: Ayuda para aceptar sus propias limitaciones.
Estos cinco beneficios los reciben tanto los que ayudan con algún interés, como aquéllos que lo hacen desinteresadamente.
Sin embargo, los del segundo grupo tienen una enorme ventaja: son más libres. No necesitan dar para obtener nada en particular.
Ahora, está en tus manos decidir si ayudar o no y porqué motivos. Sean los que sean, una actitud generosa te ayuda a ti y nos ayuda a todos.

domingo, 5 de enero de 2014

¡Súmate a la rúa del Hospital de Día de Sant Joan de Déu!



Envía un SMS con la palabra LLEGARA al 28015 y súmate a la rúa que Antonio Orozco hace con los niños y niñas del Hospital Sant Joan de Déu para ayudar a construir el nuevo Hospital de Día. Más en http://www.amicssantjoandedeu.org


La navidad dibujada con arena.

http://videos.religionenlibertad.com/video/zroLhoBliC/La-Navidad-dibujada-con-arena

Pinchad al enlace de arriba y  veréis el trabajo de Joe Castillo que pone de manifiesto una vez más su habilidad para crear arte y hacer catequesis con elementos tan sencillos como los que ofrece una playa cualquiera. De este artista hemos visto también su interpretación de la Pasión y de otras historias bíblicas.